Una lancha con 34 inmigrantes procedentes de Marruecos se dirige a las costas españolas. Las fuerzas aéreas portuguesas graban la escena. Todo va bien pero de repente la embarcación se prende fuego. Parece que las llamas podrían salir del motor. Los pasajeros se tiran al agua. A nado intentan sobrevivir en mitad del Mediterráneo. A estas alturas las autoridades portuguesas dan el aviso a los guardacostas españoles. Cuando la llamas se apagan, todos vuelven a la lancha neumática. Se intentan subir, pero vuelcan. Piden ayuda alzando los brazos. Desde el helicóptero descienden y rescatan a uno de ellos. Al resto les lanzan un bote salvavidas. Aquí les toca esperar, hasta que llega este barco español. Así, ponen fin a este infierno en el mediterráneo. Los 34 son trasladados al puerto de Motril.