El escenario vuelve a ser la jungla; 23 años esperando a que Axel y Slash hicieran las paces. Los de Bilbao serán los que comprueben si los años han podido con la última gran banda de rock. 40.000 personas abarrotarán San Mamés por si esta es realmente la despedida. En el estadio y los alrededores ya se dejan ver las fuertes medidas de seguridad: 200 agentes y controles exhaustivos a la entrada. Esta noche en Bilbao caerá una buena tormenta de adrenalina.
-Redacción-