El fiscal general del Estado, compareció este miércoles en el congreso. Llegó para aclarar los enfrentamientos entre los fiscales y sus superiores y el polémico estreno del fiscal jefe de Anticorrupción, Manuel Moix, acusado de intentar frenar registros, de tratar de apartar a los fiscales del caso y de ser afín del PP. Y acabó pidiendo el control de las filtraciones de los sumarios judiciales. El mejor ejemplo de las diferencias internas en la fiscalía, quedaron patentes esta semana con el documento en el que los fiscales anticorrupción del caso Lezo apuntaban al número dos de Interior como presunto autor de un chivatazo sobre la operación. Maza tuvo que salir a corregirles despues. El documento de la chivada, tenía una redacción ambigua pero la cuadratura del círculo del momento que vive la institución es que los folios procedentes de un sumario secreto fueron filtrados a la prensa por la propia fiscalía. Durante años el derecho a la información ha cohabitado con la defensa de los derechos de los investigados. Precisamente son las filtraciones de los últimos casos de corrupción como Lezo o el del 3% en Cataluña han puesto en duda las formas de actuar del Ministerio Fiscal. El Congreso votará el martes reprobar a Catalá, Maza y Moix.
-Redacción-