La recriminación de una taxista de Maspalomas, en Gran Canaria, a un conductor que estaba mal aparcado y le impedía el acceso a una rotonda acabó en discusión y en agresión. La primera reacción del hombre de 40 años no fue apartar su coche para permitir la circulación. Prefirió bajarse y golpear el coche de la taxista mientras ella intentaba explicarle la situación. Pero el agresor descargó su violencia contra el retrovisor del taxi, siguió con patadas a la puerta y remató con golpes a la taxista de 64 años. La mujer fingió un desmayo para que dejara de agredirla y el hombre salió huyendo, aunque acabó detenido y está a la espera de un juicio rápido. Su ensañamiento inexplicable deja secuelas físicas y psicológicas en la agredida. Está de baja y teme volver a ponerse a conducir su taxi por miedo a que el incivismo vuelva a entorpecer su camino.
-Redacción-