La decisión del abogado general de la Unión Europea de considerar a Uber como una empresa de transporte, que debe estar sometida a las mismas condiciones que el resto, llega tras años de conflictos entre los taxistas y las nuevas plataformas tecnológicas. La presión de los primeros ya obligó a la multinacional a sustituir su modelo original por otro en el que sus conductores son profesionales y cuentan con licencias de transporte. Por eso desde la asociación que agrupa a los vehículos de transporte con conductor consideran que esta decisión judicial no afecta a la actividad actual de la compañía. Pero lo cierto es que el sector del taxi sigue en pie de guerra contra los llamados VTC (como Uber o Cabify), a los que consideran competencia desleal. Y mientras la Justicia avanza lentamente para regular la llamada economía colaborativa los incidentes se multiplican como la agresión sufrida por un conductor de Cabify o la quema, aun si esclarecer, de una decena de vehículos de esta misma empresa que habían acudido a trabajar a la Feria de Sevilla.
-Redacción-