José Antonio Nieto, secretario de Estado de seguridad, era casi un desconocido hasta que compareció en el Congreso para hablar de sus tratos con los hermanos González. Se le acusaba de advertir al expresidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, sobre la investigación. Hoy la fiscalía lo señala por lo mismo. En un informe, los responsables del caso Lezo hablan textualmente de la presunta investigación "chivada" del secretario de Estado de Seguridad. La sospecha viene por dos reuniones. La primera, entre los tres hermanos González, buscando la forma de zafarse de la investigación. La segunda, sólo dos días después, entre el hermano del expresidente y el propio Nieto, que sólo reconoció un encuentro inocente. Los fiscales no lo ven así. La reunión es un motivo más para oponerse a la puesta en libertad de Ignacio González que, dicen, ha demostrado una capacidad real de acción para interferir en el normal desarrollo de la investigación. Ni su arraigo familiar, ni su condición de personaje público, garantizan que no se fugue y que no destruya pruebas. Lo firman los fiscales Carlos Yáñez y Carmen García, al frente del caso Lezo, al menos por ahora.
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