La hora crítica para quienes circulan en bici se localiza nada más salir el sol un sábado o un domingo. En esa franja horaria coinciden en la carretera los que aprovechan el día de libranza para hacer deporte y aquellos que vuelven de fiesta. En muchos casos, con unas cuantas copas de más. Un peligroso encuentro que además se suele producir en vias secundarias que tienen peor visibilidad y donde las posibilidades de un resultado trágico se multiplican. Llama la atención que recientemente entre los implicados en atropellos a ciclistas se encuentren mujeres ebrias porque ellas suelen ser más prudentes al volante y tienen menos accidentes.