Son las presidenciales francesas más emocionantes en décadas, con cuatro candidatos muy igualados. El centrista Emmanuel Macron lidera ligeramente las encuestas. Exministro socialista, con un complicado equilibrio entre izquierda y derecha, es el candidato independiente sin un gran partido tradicional a sus espaldas. El Albert Rivera francés. Puestos a hacer comparaciones, al conservador François Fillon se le considera una reencarnación de la Dama de Hierro por sus promesas thatcherianas: recortes sociales, despido de medio millón de funcionarios y fin de de la semana 35 horas. Si esto no fuera suficiente para ganarse enemigos en una Francia donde el estado del bniesestar era hasta hace poco intocable, el escándalo de los empleos ficitios familiares lo ha situado en el tercer lugar en las encuestas. En cambio, al tramo final llega con fuerza Jean Luc Melénchon. Representante de la izquierda radical, podría compararse por sus propuestas con Pablo Iglesias, aunque en su país lo conocen como el Hugo Chávez francés. Él es el candidato antisistema, como lo es desde el otro extremo Marine Le Pen. La líder del Frente Nacional busca, como hizo su padre en su día, colarse en la segunda vuelta de las presidenciales. Y vistos los bombazos en las urnas al otro lado del Atlántico y del canal de La Mancha, Trump y el bréxit, el sueño de Le Pen no se atoja descabellado.
-Redacción-