En la noche de este Viernes Santo, el papa Francisco ha recordado durante la tradicional procesión del Vía Crucis, que se celebra en el Coliseo romano, el sufrimiento de refugiados, migrantes y víctimas de la guerra y ha pedido perdón a Jesucristo por los escándalos de la Iglesia católica. El Pontífice ha manifestado en una oración dolorida e intimista, la "vergüenza por la sangre inocente derramada cada día de mujeres, niños inmigrantes y personas perseguidas por el color de su piel, por su pertenencia étnica o por su fe en Ti".
-Redacción-