Un camión trasladaba esta mañana al hasta ahora principal sospechoso del atentado. Según la Fiscalía alemana, el iraquí Abdul Beset combatió con el Estado Islámico en Irak y mantenía contactos con los yihadistas, pero reconoce que aún no se ha encontrado ninguna prueba que lo vincule a las explosiones del martes contra el autobús del Borussia de Dortmund. Dos días después continúa la confusión sobre quién colocó las tres bombas que explotaron al paso vehículo y que causaron heridas al español Marc Bartra. Varias cartas encontradas en el lugar apuntaban al terrorismo islamista, un modo inusual de reivindicación que ha despertado las suspicacias de algunos expertos. Tras la suspensión del martes, la propia Angela Merkel apoyó que el Dortmund-Mónaco se disputara lo antes posible como muestra de fortaleza frente al terrorismo. Pero antes de perder el partido, varios jugadores del conjunto alemán se quejaron de que se les había tratado como a animales al obligarlos a jugar pese a no estar psicológicamente preparados.
-Redacción-