En contra de Putin y al grito de "Rusia será libre", decenas de miles de rusos, la mayoría jóvenes, han tomado las calles de Moscú y de las principales ciudades del país. Una gran marcha contra la corrupción para exigir la dimisión del primer ministro Medvéved, convocada por Alexéi Navalny después de publicar una investigación que acusa al primer ministro ruso de encabezar un imperio inmobiliario financiado de forma corrupta. Este líder opositor, uno de los más de 700 detenidos en esta jornada de protestas no autorizadas, aspira a disputarle la presidencia al mismísimo Putin. En medio de un gran despliegue policial, ha sido una de las marchas más multitudinarias que se recuerdan en Rusia en los últimos años y que supone un auténtico desafío al Kremlin a falta de un año para que se celebren las elecciones.
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