Los gritos pidiendo socorro aún resuenan esta terminal entre el polvo y los carritos de bebé.Dos ataques terroristas se cobraron hace un año la vida de 32 personas. La mitad en este aeropuerto donde los reyes de Bélgica han presidido varios actos de respeto.El recuerdo sigue siendo muy doloroso para ellos. Los empleados de Zavemtem se unían entre lágrimas y rompían con abrazos, un minuto de silencio cargado de emociones.Los homenajes a las víctimas se trasladaban después al metro de Maalbeck, al otro escenario de los ataques. Una explosión sacudió un vagón del subterráneo, los pasajeros huían de ese infierno en penumbra.Fue el instante en el que Bélgica despertó a un pesadilla llamada terrorismo. Su zarpazo ha cambiado al país para siempre. La seguridad y presencia policial se ha intensificado en todo el país desde entonces y entre los heridos, la mujer de esta foto. Se ha convertido el símbolo de un país que lucha por reponerse.