Ni los termómetros bajo cero han enfriado su ira. Cuando la plaza de la Victoria comenzaba a despejarse, un grupo de encapuchados lanzaba todo lo que tenía a mano contra quienes custodiaban el edificio gubernamental. La policía lanzaba sobre ellos gases, pero el ambiente se caldeaba por momentos. A pesar de que había quien intentaba interponerse, la carga policial parecía inevitable. Aún así, algunos continuaban lanzando contenedores contra los agentes. Cuatro personas, dos agentes y dos manifestantes han terminado en el hospital heridos de levedad.
-Redacción-