Más allá de su propio destino, la estrategia judicial de Iñaki Urdangarín ha ido siempre unida a la de su mujer. Tanto que en el juicio, bajo su atenta mirada, no escatimó esfuerzos para negar cualquier implicación de la infanta en sus negocios.
Si contaba con ella en Aizoon, dice, era solo para obtener su firma testimonial. Pero su declaración convence al tribunal que ha absuelto a la infanta.
Para referirse a su propia actuación le entraron más dudas.
Negaciones, estrategia judicial, que no le han valido su absolución.
Pero ofendido, sí quiso dejar claro algunas cosas. Aseguró que él nunca fue un comisionista. Negó el delito y se excusó de posibles errores porque la Casa Real le revisaba las cuentas.
Aval que tampoco ha calado en el tribunal.