Caras de frío esta mañana en el arranque de la Conferencia de Presidentes en el Senado. Banderas que se caían por el viento que soplaba gélido pero Mariano Rajoy recibía al rey a cuerpo gentil. Felipe VI se quitaba el abrigo. Saludo a los presidentes autonómicos, café rápido y a posar para la foto de familia en la que estaban casi todos. Casi porque faltaban el presidente de la Generalitat catalana, Carles Puigdemont, y el lehendakari Iñigo Urkullu. Rajoy sigue con la mano tendida a Puigdemont. "La invitación es abierta y permanente a cambio de nada", dice. Pero ni hablar de una relación exclusiva entre España y Cataluña. A pesar de las ausencias, el presidente del Gobierno se mostraba satisfecho. Las comunidades venían fundamentalmente a pedir más recursos y el Gobierno ha contestado que hay poco dinero por los 20.000 millones de euros menos de ingresos desde la crisis. Aún así todos de acuerdo en iniciar la negociación de un nuevo sistema de financiación autonómica. Rajoy y los presidentes han quedado en que a partir de ahora se verán todos los años.
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