La marabunta inglesa, empujada por litros y litros de alcohol, arrasaba con todo en Barcelona. Entrando en bares y restaurantes. Los más temerosos cerraban a su paso pero pocos se libraron de la violencia de estos hooligans del Liverpool. Antes los habían tenido que sacar de la Plaza Real con cargas policiales, a porrazos. La imagen más vergonzosa la protagonizó un hombre, entradito en años para sus grandes ideas. Primero lanza a un vendedor a la fuente y vuelve a repetir la ingeniosa idea con un turista asiático. Con mofa y risas incluidas. La jornada acabó con seis detenidos por disturbios públicos. Si pensaban ver el partido lo tendrán que hacer desde la comisaría.