El papa Francisco ha hecho un llamamiento este sábado para que húngaros y rumanos no se dejen llevar por "la división y la fragmentación". Más de 80.000 peregrinos se han reunido en el santuario de Sumuleu-Ciuc, uno de los más célebres de Rumanía. En una eucaristía bajo la lluvia, el papa ha explicado a los presentes que el pasado no tiene por qué crear una barrera para una coexistencia pacífica. El Pontífice se ha desplazado a la región de Transilvania, dentro de su viaje de tres días a Rumanía.
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