Delta del Río Besós. Varios voluntarios de una empresa informática, bolsas en mano, van a descubrir lo que tiramos mal, y donde acaba. Toallitas, en un par de horas de trabajo, unos 200 kilos recogidos. Limpiar sitios como estos nos cuesta a los europeos unos 1000 millones de euros cada año. Lo peor no es el dinero, es el daño que hace este monstruo de mircro fibras al medioambiente. Masas de cemento que bloquean tuberías, o que acaban en el mar y el estómago de sus habitantes. Un gesto de un segundo puede llegar a tardar 600 años en desaparecer.  Y piensen que, de media, cada uno de nosotros usamos un kilo y medio de toallitas cada año que casi siempre acaban aquí.