Nadie diría que le faltan dos años para alcanzar el siglo, aunque mirando atrás el duque de Edimburgo ha vivido lo suyo. Nacido como príncipe de Grecia y Dinamarca se exilió durante la guerra con los turcos. Acabó en Escocia, donde estudió hasta los 18 años para acabar alistándose como cadete en la Marina británica. Fue sirviendo en la Segunda Guerra Mundial cuando consolidó su relación con la princesa Isabel. Dos años después, se casó con ella convirtiéndose en el duque de Edimburgo. Coronada Isabel comenzaba para él un reinado convulso como consorte. Primero con el controvertido divorcio de su hijo Carlos y, más tarde, con la muerte de Lady Di. Pero no todo fueron malos tragos. En 2011 se casaba su primer nieto, Guillermo. Siete años después, retirado ya de sus deberes reales, asistía a la boda de su nieto Harry. Siempre comprometido con el medio ambiente y el emprendimiento de los más jóvenes, el duque de Edimburgo ha sabido ocupar siempre su lugar, no detrás de la reina sino a su lado.
-Redacción-