Si no les gusta mi versión, tenemos otra. Esta parece ser la premisa de Arabia Saudí en el escánadalo Khasohggi. Tras negar reiteradamente las evidencias de que el periodista nunca salió del consulado en Estambul, este sábado la Fiscalía reconocía que el periodista pereció allí en una pelea con las personas con las que se encontró en la delegación. Sin embargo, una nueva versión, aportada por unos funcionarios saudíes a la agencia Reuters, añade que esos individuos quisieron drogarlo y secuestrarlo, pero que, al resistirse Khashoggi a gritos, lo estrangularon. Su cuerpo, asegura esa fuente, fue enrollado en una alfombra y entregado a un funcionaron local para que se deshiciera de él. Mientras aumenta la presión internacional, incluida una Alemania que suspenda la venta de armas. El ministro saudí de Exteriores lo reconoce. Se ha cometió un  tremendo error. Pero todos estos intentos, con cabezas de turco incluidos, por exculpar al heredero no hacen sino aumentar las sospechas. Máxime cuando Turquía asegura tener pruebas de que Khasggi fue descuartizado vivo. El presidente Erdogan promete que la verdad saldrá a la luz muy pronto.