Muy preocupados y movilizándose para evitar el cierre de una planta en la que muchos llevan toda la vida. Así están los trabajadores de Alcoa en A Coruña, que a pesar de reconocer la falta de inversiones para la modernización de la fábrica, defienden su viabilidad y la calidad del producto que sale de allí. Pero si los planes de la multinacional del aluminio anunciados ayer salen adelante a los 400 despedidos en A Coruña se sumarían otros 300 en Avilés. En esa ciudad también consiguieron impedir hace ya cuatro años el cierre anunciado de la fábrica, por eso el portavoz del comité de empresa asegura sentirse "cansados de ser utilizados como rehenes en una lucha de titanes entre Alcoa y el Gobierno". Y es que la empresa asegura que la subida del precio de la luz hace inviables estas plantas, pero el Ejecutivo, a través de la ministra de Transición Ecológica, recuerda que la multinacional ha recibido cientos de millones en ayudas para compensarlo y rechaza que este sea el verdadero motivo del cierre. De momento en la ciudad asturiana ya ha cundido el pesimismo sobre el futuro de la planta y en A Coruña se prepara la manifestación que el próximo sábado reclamará la continuidad de las fábricas.
-Redacción-