Jaquelin Febrillet tenía 26 años y trabajaba a dos cuadras de las Torres Gemelas cuando un atentado las derribó el 11 de septiembre de 2001. 15 años después fue diagnosticada con un cáncer metastásico. La única explicación lógica: la nube de cenizas y desechos tóxicos en la cual se encontró inmersa el día de la catástrofe.