Un hombre, suceda lo que suceda, debe permanecer con los de su propia casta, raza y especie. Dejen que el blanco vaya con el blanco y el negro con el negro. Luego, cualquier problema que se presente estará en el curso ordinario de las cosas: no será repentino, ni ajeno, ni inesperado.
Ésta es la historia de un hombre que por su propia voluntad sobrepasó los límites seguros de la decente sociedad de todos los días, y pagó caro por ello.