Los monjes budistas en Phra Pradaeng, Tailandia, han ideado una forma innovadora de reciclar los desechos plásticos que de otro modo contaminarían el medio ambiente. Los monjes del templo Wat Chat Daeng envían botellas de plástico que pescan del río Chao Phraya para ser procesadas en fibras sintéticas que se utilizan para hacer sus icónicas túnicas de safron. Los monjes son apoyados por voluntarios que van a 'pescar' con ellos para ayudar a recoger la basura. El plástico recolectado y donado se envía a una planta de reciclaje donde el algodón y el óxido de zinc se mezclan con el material de la botella de plástico. Las fibras sintéticas resultantes se mezclan con hilos de algodón que los monjes usan para hacer las túnicas monásticas. Se dice que aproximadamente 12 botellas de plástico se usan para hacer una túnica y como a los monjes no se les permite venderlas, las regalan a otros monasterios.