El régimen cubano inició la apertura de su red de tiendas de venta en monedas extranjeras; las 13 primeras en La Habana y Santiago de Cuba. Los pagos en esos establecimientos solo se harán a través de tarjetas magnéticas respaldadas por dólares y otras nueve monedas foráneas. Los bancos Metropolitano, Popular de Ahorro y de Crédito y Comercio facilitaron la apertura de las cuentas que garantizan ese medio de pago. Los cubanos podrán adquirir inicialmente efectos electrodomésticos y partes y piezas de automóviles a precios “competitivos”. Los residentes en la isla podrán recibir las remesas de sus familiares directamente en las tarjetas magnéticas. Con esta estrategia, el régimen busca controlar en sus bancos las divisas extranjeras en manos de la población. La dictadura castrista espera obtener ingresos que, según anuncia, beneficiarían a la industria nacional y los mercados. Muchos cubanos coinciden en la única manera de que la economía mejore en la isla será con la liberación de las fuerzas productivas.
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