También tartamudeó, porque lo hace a menudo, Marlaska este domingo, 25 de abril de 2021, en Getafe, donde acudió como tercer intérprete a un acto 'ilegal' -porque lo hicieron en una zona de acceso restringido por el coronavirus- protagonizado por se jefe Pedro Sánchez, para intentar ayudar al atribulado Ángel Gabilondo.
Motivos tiene Marlaska para ponerse un poco tartaja y no sólo por el vómito que soltó, sino porque se ha asumido sumiso el apaño con los proetarras de Bildu, el chalaneo con los golpistas catalanes, el pacto secreto para montar un Ministerio de la Verdad a partir de la Fiscalía y que Dolores Delgado, la titular de esta institución, se burlara de él llamándole ‘maricón’, en una comilona con el excomisario Villarejo, el exjuez Garzón y varios exjefes policiales.
Y ahora, aunque intente manipular a la realidad, para que le sirva de parapeto, se ha zampado entera la ilegalidad de intentar poner a la Guardia Civil al servicio de los mezquinos intereses políticos del Gobierno PSOE-Podemos.