Si no es la final de Champions League más dramática de la historia le pega en el poste. En la final el Bayern Munich ganaba 1 a 0 y tenía el partido cerrado. Al minuto de descuento el Manchester United logra el empate y un minuto después Solksjaer pone el 2-1 desatando una locura que se recuerda hasta el día de hoy.
Ese año de la mano del gran Ferguson los diablos rojos ganarían el triplete cerrando un año inolvidable.