Barcelona, 29 may (EFE).- Aunque aseguran que han querido dejarles morir insisten en que no están muertos. Los trabajadores de Nissan conocían ayer su fecha de defunción, el 31 de diciembre, pero hasta ese día, avisan, van a seguir combatiendo por su puesto de trabajo.

Esos 3.000 empleados de las tres plantas de Barcelona y los más de 20.000 indirectos arrastrados por el cierre van a llevar su lucha a la calle y a los despachos.

Esta mañana se manifestaban ante varios concesionarios de la marca. Han empapelado sus paredes con miles de mensajes en busca de un apoyo social y han pedido a las instituciones que agoten todas las vías.

La próxima semana Generalitat y Gobierno central se reunirán para intentar revertir la situación, no le pondrán fácil a Nissan su abandono, pero son conscientes de que la compañía japonesa trata la situación de irreversible.