Miles de refugiados del campamento de Moria, en Lesbos, Grecia, viven en un estado de excepción no declarado, compuesto por las medidas supuestamente para prevenir el contagio del nuevo coronavirus, decretadas por el gobierno griego y respaldadas por la Unión Europea, pero que perduran pese a la baja incidencia de la pandemia en comparación con otros países, por lo que se perciben como medidas de castigo. teleSUR