Ocho jóvenes fueron asesinados en una masacre en el departamento colombiano de Nariño, una localidad fronteriza con Ecuador. La matanza fue perpetrada en la vereda de Santa Catalina donde, según versiones extraoficiales, los jóvenes estaban en una casa de campo. El hecho fue denunciado por el gobernador de Nariño, Jhon Rojas.