Moscú (Rusia), 19 ago (EFE).- (Imagen: Ignacio Ortega) El cierre de las fronteras ha obligado a los rusos a conocer su propio país, el más grande del mundo. Más allá de Moscú y San Petersburgo, los turistas han descubierto lugares mágicos como Altái, Carelia o la isla de Sajalín.