Todos tenemos en nuestro haber una de esas jugadas de fútbol que nos ha dejado el orgullo por el suelo mismo. A veces las buenas jugadas las hacemos nosotros pero en otras ocasiones quedamos en ridículo contra otro jugador que nos pasa un balón por debajo de nuestras piernas causando la risa de rivales y hasta compañeros. ¡A quién no le ha pasado!