Las Presillas de Rascafría están viviendo un verano diferente, después de que la Comunidad de Madrid decretara la prohibición del baño durante toda la temporada estival en estas piscinas naturales, como en otros embalses de la región, por la pandemia del coronavirus, como medida para evitar aglomeraciones y ocio en zonas recreativas. Esta decisión provocó que los negocios que deben su actividad a los visitantes y bañistas de las Presillas, como el bar que lleva su nombre, hayan visto reducido su número de clientes este verano.