La lucha de clases no es una invención chavista, ni un artificio marxista o un capricho para justificar la transformación revolucionaria. Es un conflicto que se expresa de mil formas distintas, entre los dueños del poder y el capital y el pueblo que pelea por sobrevivir y construir una sociedad justa e igualitaria.
Tampoco fue Hugo Chávez el responsable de haber dividido la sociedad venezolana, como insiste aún en afirmar la derecha. De lo que sí fue responsable, es de haber contribuido a evidenciar los mecanismos de explotación y la lógica de dominación que la oligarquía y la burguesía han empleado contra las clases subalternas venezolanas.
Pero lo más importante, es que en el marco de la lucha de clases que brota de la realidad nacional, Hugo Chávez, a diferencia de las clase política que gobernó a Venezuela en el último siglo, tomó partido y asumió su posición de combate junto a las clases marginadas, oprimidas, empobrecidas e invisibilizadas, tal como lo expresa en este episodio de Chávez Radical.
"La revolución no la hacen los burgueses. No, los burgueses hacen la contrarrevolución. La revolución socialista sólo la hacen los proletarios, los campesinos, los trabajadores, los pobres, los soldados", afirmaba el Comandante en la edición 344 del Aló Presidente.
Igualmente Chávez, basándose en la experiencia histórica y observando las tendencias restauradoras que desde entonces, venían configurándose en el seno del partido y el gobierno, de forma premonitoria dispara una contundente advertencia: "cuidado en nuestras filas con una oligarquía bolivariana. Aquí no queremos nuevas oligarquías, nuevas burguesías".
Las revoluciones no solo enfrentan las agresiones de los enemigos clásicos y confesos, también enfrentan al enemigo silencioso que brota en sus filas, y que amenaza con pudrir los procesos desde adentro. Páez y Santander fueron la cara visible de la traición y del surgimiento de una nueva clase nacida a nombre de la independencia. Falcón y Guzmán Blanco se atornillaron al poder y fundaron sus fortunas a nombre de la revolución federal. Hugo Chávez, consciente de la traición histórica, peleó hasta el final contra esta tendencia, que hoy dramáticamente coge fuerza dentro de las filas del propio gobierno. ¿Estaremos asistiendo al círculo vicioso de una nueva revolución traicionada? El pueblo tiene la palabra.