El huracán Sally inundó calles y casas y dejó sin electricidad a cientos de miles de hogares cuando golpeó la costa del Golfo de Estados Unidos entre el 15 y el 16 de septiembre, con lluvias torrenciales que afectaron el noroeste de Florida y Alabama.
Sally tocó tierra como huracán de categoría 2 en Gulf Shores, Alabama, con vientos máximos sostenidos de cerca de 170 km/hora. Desde entonces se ha degradado a tormenta tropical, que se desplaza a apenas 11 Km/hora, y quedó prácticamente detenido frente a la costa estadonidense.