Madrid, 14 ene. (EFE).- La intensa ola de frío de los últimos días ha causado un aumento de la demanda eléctrica que se ha traducido en precios excepcionalmente altos en el mercado mayorista eléctrico, un aumento que repercutirá en el recibo de la luz del consumidor, pero ni en una cuantía tan elevada ni para todos los usuarios.
Según explica el director de Próxima Energía, Jorge Morales de Labra, el funcionamiento del mercado eléctrico provoca variaciones de precios y "es muy difícil pensar que esto vaya a cambiar en los próximos 10-20 años".
"Ahora bien, que las reglas mayoristas sean estas no implican necesariamente que nuestro precio minorista vaya a estar fuertemente afectado. En alguna medida lo tendrá que estar pero seguramente no con tanta intensidad como la que estamos viendo", añade.
Con la tarifa eléctrica se pagan dos grandes conceptos, el coste de la energía y el de servicios fijos (redes, impuestos, etc). Para determinar el precio de la electricidad existe desde hace más de 20 años un mercado organizado en el que se fija para cada hora del día del año el precio.
La mecánica de ese mercado mayorista, en el que compran la electricidad los comercializadores que luego la venden al consumidor final, es cubrir la demanda usando las centrales de menor a mayor coste, pero el precio que cobran todas ellas es el de la última central usada, que será la más cara a esa hora del día.
Para atender el consumo en primer lugar se utilizarán las renovables (eólica, solar, etc), la nuclear y la hidroeléctrica fluyente que haya disponible ese día y, si con esa producción no se cubre la demanda, empezarán a usarse centrales que funcionan con combustibles más caros, como el gas o el carbón.