Si eres un amante de los reptiles, posiblemente te hayas planteado la idea de tener una tortuga de tierra como mascota. Estos animales no requieren grandes cuidados pero es cierto que para mantenerlas hay que atender a sus necesidades básicas de alimentación, higiene, espacio y temperaturas. Asimismo, es importante que hagas un ejercicio de reflexión y te plantees si tienes los recursos suficientes para cuidarla ya que en un principio requerirá ciertos gastos económicos.
Las tortugas de tierra pueden comer fruta, lechuga y verduras, es decir, tienen una dieta básicamente vegetariana. En general son animales que necesitan calor durante todo el año y no soportan las corrientes de aire frío. No obstante, para atender a tu tortuga de tierra deberás saber de qué especie es porque cada una necesitará cuidados distintos.
Las razas que son propias del desierto o zonas muy secas como la tortuga rusa o la tortuga de Florida son muy sensibles a la humedad. Si tienes una de estas tortugas deberás proporcionarle un terrario con temperatura y humedad controlada. Hay otras tortugas que son menos exigentes con el clima, aunque eso no significa que tengamos que descuidar la temperatura de sus alojamientos, como la tortuga de patas rojas o la tortuga leopardo. Estas últimas crecen más deprisa en comparación con otras tortugas.
Cuando uno de estos reptiles es de gran tamaño puede vivir en el exterior pero hay que proporcionarle una caseta que con calefacción durante todo el tiempo. Como es obvio, cuanto más crecen más comen pero, en cambio, las más pequeñas suelen presentar problemas a la hora de comer, por eso es importante que le des una dieta adecuada y controles lo que ingiere.
Toda tortuga de tierra debe ingerir alimentos con alto contenido en fibra como verduras, lombrices o hierba, entre otros. De igual modo, tan importante como la alimentación es que reciba luz solar. Los rayos de sol le ayudan a fijar el calcio y a mantener sano su caparazón.