Siempre fue la niña de los ojos de Micky Molina, así como de Lydia Bosch, pero ya sabemos que las edades comprendidas entre los 17 y 20 años son las más difíciles de llevar para muchos jóvenes. En este caso, Andrea Molina estuvo mucho tiempo sin hablarse con su padre hasta que de buenas a primeras el año pasado enterraron el hacha de guerra y proclamaron a los cuatro vientos esta buena noticia.