El Cairo (Egipto), 2 may (EFE).- (Imagen: Carles Grau Sivera) Un perro pulgoso hurgando en la basura en busca de restos o un gato echándose una siesta encima del capó de un coche es una estampa tan habitual en El Cairo que casi pasa desapercibida. Sin embargo, estos pequeños inquilinos de la capital egipcia se han convertido en unos selectos comensales para romper el ayuno durante el mes sagrado de Ramadán.