La derrota de los ingleses en la final de la Eurocopa fue el cierre de una jornada que dio para mucho en Londres. Durante el día, la Policía Metropolitana tuvo que encargarse de vigilar los excesos de decenas de aficionados británicos. Los disturbios finalizaron con 19 agentes heridos y 49 detenidos en una jornada que podría haber sido histórica pero se convirtió en un día para olvidar.