Santiago de Compostela, 7 ago (EFE).- Ni el verano frío y lluvioso de Galicia ni la quinta ola de la pandemia del coronavirus han conseguido desanimar a miles de peregrinos a realizar el Camino de Santiago, que en el mes de julio contabilizó más de 39.000 romeros, en su mayoría de origen nacional.
A pesar del gran aumento de contagios en julio y la incertidumbre respecto a las restricciones impuestas por cada comunidad autónoma, Galicia se ha convertido durante el verano en un destino atractivo en un año difícil para el turismo, debido a que la población busca alternativas al aire libre y en contacto con la naturaleza.
No han importado las lluvias y el inusual frío en Galicia de este verano -ha sido el mes de julio más frío registrado en una década-, pues a Compostela han acudido 39.282 peregrinos, un dato muy diferente al de principios de año, cuando a la capital gallega llegaban apenas un centenar al mes.
Aunque los datos son buenos, si se comparan con el mismo periodo de 2019, queda claro que la pandemia ha hecho mella en el Camino: solo en julio de 2019 llegaron a Santiago de Compostela más de 50.000 peregrinos.
Otra de las principales diferencias respecto a los años anteriores a la crisis sanitaria es el origen y procedencia de los caminantes, pues habitualmente en verano eran en su mayoría extranjeros, mientras que en julio de este año el 75 % han sido españoles.
"Los extranjeros han bajado pero han subido los peregrinos españoles y gallegos, especialmente, con lo cual podríamos decir que la peregrinación goza de muy buena salud", ha defendido Segundo Pérez, director de la Oficina de Acogida al Peregrino.
Entre las motivaciones de los peregrinos, continúa siendo la principal la religioso-cultural y, un año más, el camino más visitado sigue siendo el francés, con un 55 % de afluencia.
Por el momento, peregrinos como Pierre Ángel Hernández, natural de Montpellier, no dudan en comentar las bondades del Camino, entre las que este francés de 69 años destaca "la belleza del paisaje gallego" y la "amabilidad" de sus gentes.
"Antes de la pandemia había más contacto con otras personas. Sí que es cierto que ha privado un poco lo de hacer amistades, pero al final el espíritu y las ganas por seguir conociendo el Camino prevalecen", declara Ruiz.
Su compañero, Víctor, asegura además que ellos, viniendo del sur, tienen la playa "muy vista", por lo que han elegido el Camino de Santiago para "vivir la experiencia y escapar un poco de las temperaturas veraniegas, que aquí son mucho más agradables".
Lo mismo han hecho Carlota, Nuria y Natalia, tres amigas procedentes de Albacete, Madrid y Andorra, respectivamente, que han peregrinado a Santiago por primera vez.
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