Leer un periódico de información general y otro económico supone un ejercicio desconcertante. Mientras que en unos la política (y los políticos) siguen a lo suyo, los económicos reflejan una realidad completamente distinta, con desafíos y problemas sin tasa. Desde los problemas derivados de los altos precios energéticos a la ausencia de mercancías que afecta al consumo mundial no encuentran su sitio donde debieran, entre las prioridades que deberíamos acometer más allá de la política de regate corto a la que, lamentablemente, nos hemos acostumbrado