El castillo de Bellver (o Castell de Bellver, en mallorquín, que significa hermosa vista') se asienta en medio de una colina a 112,6 metros sobre el nivel del mar, y es fiel a su nombre, ya que su ubicación privilegiada permite disfrutar de algunas de las panorámicas más espectaculares, vistas al centro de Palma y su bahía.
La construcción del castillo de Bellver se inició en 1300, por mandato del rey Jaime ll, quien quiso erigir un palacio-fortaleza como posible refugio en caso de un ataque a la isla. El proyecto avanzó rápidamente, y en solo nueve años se completó la fase arquitectónica; la ornamentación se extendió durante los años siguientes.
La fortaleza cumplió su función inicial durante algún tiempo, albergando a monarcas como Jaime II, Jaime III y Sancho de Mallorca durante determinadas épocas. Sin embargo, en 1717 se convirtió en prisión militar, con su preso más infame, Gaspar Melchor de Jovellanos, ministro de Carlos IV y una de las personalidades más importantes del Siglo de las Luces en España. Fueron precisamente sus 'ideas ilustradas' y sus enfrentamientos con el secretario de Estado, Manuel Godoy, los que llevaron a su exilio inicial al monasterio de Valldemosa y su posterior detención en el castillo de Bellver. Estos años de encarcelamiento dieron lugar a su libro Memoria del castillo de Bellver, así como a otros textos relacionados con el patrimonio local de la isla.