El tenis español está de enhorabuena.
Lo que no pudo lograr hace 28 años, en 1993, la gran Arancha Sánchez Vicario frente a la teutona Steffi Graff, lo acaba de conseguir Garbiñe Muguruza.
La tenista se convertía en la primera maestra española del tenis mundial tras tumbar en la ciudad de Guadalajara (México) a la estonia Anett Kontaveit por 6-3 y 7-5 en la final de la WTA Finals.
Muguruza salió a la pista con la misma garra demostrada en la semifinal ganada a la otra española en el torneo, Paula Badosa.
Kontaveit no se sostenía sobre la cancha y Garbiñe le forzaba a cometer en el primer set tres doble faltas.
La española de origen venezolano pudo haber rematado de inicio esa primera manga, pero también cometió errores y permitió a su rival meterse en el partido.
Muguruza varió su estratagia y comenzó a estar notablemente atinada con los golpes de inicio. Su pericia en el resto generó muchas dudas en una sacadora de la talla incuestionable de Kontaveit, que acabó cediendo su servicio en tres ocasiones en el primer set.
En la segunda, y a la postre definitiva manga, la tenista española sufrió de lo lindo.
La estonia no estaba por la labor de bajar los brazo y sometió a una fuerte presión a Muguruza.
Tanto fue la dictadura de Kontaviet en este segundo set que el 3-5 que reflejaba el luminoso a favor de esta prácticamente hizo pensar a todos los asistentes en la pista mexicana que habría que acudir a una tercera manga.
Sin embargo Garbiñe no se dejó llevar por el abatimiento y del 3-5 se pasó al 7-5 con el que cerraba el partido, se convertía en la primera maestra española del tenis a nivel mundial y, de paso, se aupaba hasta el puesto número tres en el ranking WTA.