Roma (Italia), 25 nov (EFE).- (Imagen: Álvaro Padilla) Una heroína bíblica, un opresor ensangrentado y mucha crueldad. El gran Caravaggio revolucionó la pintura de su tiempo con su visión de la decapitación perpetrada por Judit para salvar a su pueblo, un lienzo de una violencia inusual homenajeado ahora en Roma, setenta años después de su sorprendente hallazgo.