Marcos de Quinto es empresario, especialista en marketing y exvicepresidente de The Coca-Cola Company. Además, fue diputado dentro del Grupo Parlamentario de Ciudadanos.

Este 14 de diciembre de 2021 participa en ‘La Segunda Dosis’, el programa que dirige Alfonso Rojo a través del canal de Youtube de Periodista Digital para comentar la actualidad política.

Analiza la delirante disposición que ha llevado Irene Montero al BOE de forma que el Gobierno ha decidido que sean víctimas de violencia de género las mujeres cuyas denuncias hayan sido archivadas, lo que supone otorgar pagas y custodia de hijos hasta teniendo denuncias falsas.

“Esto es grave porque, al final, deja que sea un funcionario y no un juez el que tome esa decisión de si es víctima de violencia de género a efectos de esas ayudas”.

Un hecho que tiene un componente muy grave, explica de Quinto que indirectamente, dicha persona está estigmatizando a su pareja, “porque si ella accede a ayudas de violencia de género”, aunque no se haya probado judicialmente, desde el punto de vista administrativo, “su pareja sí es un agresor”.

Otro asunto de relevancia es el escrache que ha recibido el exiliado venezolano, Leopoldo López, que tuvo que huir del país y fue recibido en la Universidad Complutense al grito de ‘asesino’ y ‘fascista’.

“Los populistas de la ultraizquierda se parecen cada vez más a los camisas pardas de la Alemania nazi”.

Y subraya que el totalitarismo se está instalando en España porque se está permitiendo cosas como que en el perfil de los Mossos señalen a una persona. “Luego, aquí vivimos dos morales en la que los separatistas, los golpistas, los terroristas tienen en estos momentos un cheque en blanco para hacer cualquier desmán que les parezca y, como siempre, la retahíla de que el peligro de España es VOX”.

Recuerda de Quinto que tenemos en España un presidente del Gobierno que miente más que habla, incluso se refiere a Sánchez como ‘El Hemerotecas’ ya que se desdice de todo.

“Hasta los votantes del PSOE son conscientes. Sin embargo, llega el sectarismo hasta tales grados que, hasta siendo conscientes, lo borran de su mente o lo tratan de justificar. El sectarismo está produciendo una situación en España donde la gente tiene una capacidad crítica muy mermada”.