Barcelona, 21 dic (EFE).- Estamos peor que el año pasado a estas alturas. Con esta afirmación el Govern justifica la necesidad de aplicar nuevas restricciones. Necesita, eso sí, el aval judicial.
De nuevo, toque de queda en Cataluña entre la una y las seis de la mañana, límite de 10 personas en celebraciones, reducción de los aforos en la restauración al 50 por ciento y un 70 por ciento en comercios, cultura y gimnasios. Y cierre del ocio nocturno.
Las medidas entrarían en vigor la noche del jueves al viernes, en plenas fiestas navideñas. Y tendrían una vigencia de quince días
El Govern quiere frenar el avance desbocado de la variante ómicron pero los sectores afectados no comparten estas restricciones. El presidente de la patronal del ocio nocturno FECASARM, Joaquim Boada, augura una nueva ola de botellones en la calle y de fiestas ilegales para el último día del año.
Los datos muestran que los contagios en Cataluña se han duplicado en tan solo una semana. Más de 5.000 nuevos afectados diarios, más de 1.300 hospitalizados por covid, 340 en la UCI y una media de 17 fallecimientos al día.
Cifras que hay que atajar, dice el Govern, y ante el enfado de los sectores afectados responde: "el virus no avisa".