La Comunidad de Madrid con Isabel Díaz Ayuso y todo su equipo al frente es, como ustedes ya saben, el motor de España. Y esto no es una casualidad. Ni tampoco es un milagro. Se llama apostar por la libertad social y económica.

Se trata, ni más ni menos, de hacer todo lo contrario al mastodóntico, inútil y absolutamente intervencionista Gobierno de Pedro Sánchez que nos está a la ruina: el gas está por las nubes, el desempleo -tanto el general, como y, sobre todo, el juvenil- está por la estratosfera, dramático; la factura de la luz está ya por el espacio exterior, eso sí, los comegambas de CCOO y UGT ni se plantean la remota posibilidad de convocar manifestaciones día sí y día también como hacían con Rajoy; y no olvidemos la brutal y permanente, que no coyuntural, inflación -el impuesto de los pobres- que estamos padeciendo como consecuencia de todo lo anterior.

España, además, que está a la cola de TODA la OCDE en crecimiento económico. Frente a esto, Madrid crece muy por encima de la media, recibe el 57% de la inversión extranjera desde 2003, genera empleo y, sobre todo, exporta cultura de libertad al mundo.