Este 11 enero de 2022 conocimos el paradero y los nombres de los etarras que encontraron refugio en el régimen bolivariano.

Como es de esperar, Pedro Sánchez mirará para otro lado porque de eso depende su Gobierno. No ha dicho ni dirá nada.

El motivo es que necesita de los etarras para seguir durmiendo en Moncloa y ese es su único objetivo.

La sociedad vasca está moralmente enferma porque se abraza y se beneficia de los ‘matarifes’. La perversión se ha contagiado al conjunto de la sociedad española.

En este momento, en España, basta etiquetar de ‘progre’ o de izquierdas a cualquiera para que inmediatamente, un sector amplísimo de la sociedad española, el PSOE, su conjunto y los medios de comunicación los consideren progresistas. Son el grupo de la gente de progreso a la que se refiere Pedro Sánchez y esto, en los medios de comunicación, en nuestra sociedad, y en el PSOE, certifica que el mal moral se ha extendido desde el País Vasco al conjunto de España.

Indudablemente, ETA está más viva que nunca, tiene más poder y más influencia. Prácticamente nadie hace alusiones a esto, parece que el consenso general es que ETA ha desaparecido, pero, ahora mismo, está en el Gobierno ya que, sin ella, Sánchez no podría continuar con su legislatura.

Lo que ha hecho ETA es progresar, ha pasado a que no haya lucha armada ni asesinatos, pero lo que buscaban y han conseguido los ‘matarifes’ asesinando, es ir a instituciones y tener más relevancia.

En este momento, ETA tiene más ventaja, mejor cobertura mediática, más subvenciones oficiales, más apoyos, más respaldo y más influencia un asesino de ETA que una víctima de la banda.

Es una obviedad que, en las próximas elecciones, Pedro Sánchez y sus socios caerán, lo harán por la economía, pero en realidad, deberían hacerlo por estas inmoralidades.