No sé si saben que Pedro Sánchez está que trina y ha montado, con nuestros impuestos, porque eso del dinero público no existe y somos los españoles los que pagamos todo, un nuevo equipo de expertos con la misión de determinar porque las encuestas dan tan pobres resultados al PSOE y a Podemos.
Por lo visto, los gurús de La Moncloa no hallan explicación a la desafección de un parte creciente del pueblo con el líder socialista, al que califican en público y en privado de fenómeno, hacha, crack, titán, y zalamerías parecidas.
Que seamos el país de la OCDE con más paro, el que peores resultados económicos tiene, donde se han muerto más personas en la pandemia, el que tiene la inflación más galopante y donde más se aplaude a terroristas y golpistas, a Sánchez y su corte de pelotas, les parece irrelevante.
Pero hoy no les voy a hablar de eso, ni del intento de imponer el ‘progresismo insensato’ como única ideología correcta y admisible.
Tampoco de que los mismos que consideran legales y legítimas las manifestaciones de homenaje a los asesinos etarras, están sacando adelante una ley que castigará con penas de cárcel a los activistas próvida que se concentren ante las clínicas abortivas u osen informar a una chica embarazada, de que hay alternativas al aborto.
Ni siquiera les voy a hablar a de que, en el futuro, por mor de las nuevas leyes de educación, las Matemáticas se abordarán en España con ‘un sentido socioemocional’, la Historia que estudiaran los chavales no incluirá ni la Reconquista ni el Descubrimiento de América y que, de la mano de Sánchez y sus compinches, vamos hacia un país alérgico al esfuerzo, al talento y la excelencia y saturado de catetos, analfabetos y memos.
Un país donde se lo seguirán llevando crudo caraduras como Pablo Iglesias, quien por cierto está utilizando mi cara y un breve fragmento de ‘La Segunda Dosis’, para intentar promocionar su nuevo ‘chiringuito’ mediático.
Lo ha bautizado ‘La base’, que es el nombre que tiene una agrupación de ultraderecha norteamericana, y será por lo visto un podcast.
En el vídeo de promoción, intentando ser gracioso, Iglesias se deja ver con una libreta de posibles financiadores, en la que aparecen personajes como Soros, Bill Gates, Putin, Castro, Kim Jong-un y Maduro.
Banaliza Iglesias, con muchos tacos, sobre su estrecha relación con torturadores, criminales y tiranos, pero no es eso lo que me ha llamado la atención.
Lo que me ha causado más risa es ver al antiguo coletas, el del chalet con piscina y casita de invitados, quejarse abrazado al camaleónico Évole, el que se fotografía orgulloso con Otegi, de que no le dan dinero para su nuevo proyecto.
No sé si le será útil a este majadero, pero me gustaría desde aquí recordarle que nosotros montamos Periodista Digital con la indemnización que recibí al dejar El Mundo y con lo que yo cobraba en las tertulias de televisión.